Cada vez que nos decidimos a renovar la carta de nuestro restaurante, nos encontramos con el mismo dilema: tradición o innovación.
Haciendo un recorrido por nuestras cartas de hace algunos o muchos años, nos damos cuenta de que los platos estrella permanecen en el tiempo. Siguen formando parte de lo más demandado por nuestros clientes habituales y por los nuevos que llegan. ¿Debemos entonces optar por la innovación o conservar los platos tradicionales? Obviamente, ambas.
Lo que nos hemos llegado a preguntar esta vez es si esos platos tracionales (el sepionet, las quisquillas, los entretenimientos, el revuelto de patatas con migas de bacalao, los salazones...) han pasado de ser tradición y se han convertido en Cultura Gastronómica que nos identifica, nos diferencia y nos hace únicos.
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